POSICIÓN GASSHO. Su significado japonés es “las
palmas de las manos juntas”, o “dos manos que se juntan `` es una antigua
expresión de saludo, de petición, de gratitud, de veneración o
súplica. El hecho de que las dos manos (dualidad) estén juntas es una expresión
de “una sola mente”.
LA MEDITACIÓN GASSHO. Consiste en la meditación
con las manos juntas en el centro del corazón. Una técnica de Meditación para
calmar y concentrar la mente. La meditación Gassho está diseñada para
recargarnos, de aquella energía nueva y limpia, que requerimos para
fortalecer nuestra fuerza vital. Tiene la virtud de reestructurar nuestros
pensamientos, ideas, recuerdos, preocupaciones así como potenciar nuestra
capacidad perceptiva a niveles insospechados. Fundamentalmente acrecienta nuestra
capacidad intuitiva y creadora, facultad esencial del ser
humano. Puede hacerse a solas o en grupo. Las meditaciones
gassho en grupo son una espléndida experiencia dado que la energía aumenta
mucho más allá de la suma de energías individuales de los participantes
creándose un ambiente lleno de energía.
Después de practicarla tres días y basándose en los propios
sentimientos, se sabe si es "apropiada" para uno. Si después de dos o
tres días te aparece una sensación de inquietud, irritabilidad o algún otro
tipo de incomodidad, podría ser que esta meditación no sea adecuada para
ti. No todas las medicinas funcionan para todos los pacientes.
Simplemente puedes volver a intentarla unas semanas después. El sentido y el
fin de la meditación Gassho es potenciar la energía del practicante y llevarlo
a un estado espiritual meditativo. Practica todos los días esta meditación de
mañana o bien de tarde (o bien de mañana y de tarde) solo o en grupo durante 20
ó 30 minutos.
Busca un lugar tranquilo que te incite a la paz, a la
tranquilidad. Puedes crear ambiente encendiendo una vela blanca, incienso o
esencias de aromas agradables, incluso algo de música Reiki o relajante.
Empieza por relajarte, dispersando los pensamientos y obligaciones de rutina
diarios. Disponte a relajarte y a dedicarte un tiempo para ti.
Cierra los ojos y siéntate en forma relajada sobre una silla
o bien sobre el suelo en posición de loto completa o parcial. La espalda
debería estar lo más recta posible, pero sin estirarla en demasía. Si es necesario,
puedes apoyar tu espalda.
Coloca las manos delante del centro de tu corazón.
Sosteniéndolas de tal manera que el aire espirado saliese por la nariz rozando
suavemente la punta de los dedos. Lo cual te indicará a qué altura colocarlas
del pecho. Cierra los ojos. Aspira por la nariz y espira por la boca. Se
aconseja mantener la lengua arriba sobre el paladar mientras se aspira;
durante la espiración la lengua deberá bajar y colocarse sobre la base de la
boca. Esto completa el círculo de la energía del cuerpo-espíritu.
Si te resulta doloroso mantener ambas manos juntas ante tu
pecho durante veinte minutos, pósalas sobre tu regazo (manteniéndolas juntas)
en una posición confortable y sigue meditando. También pueden ocurrir fenómenos
energéticos, como que tus manos o columna vertebral se caliente mucho:
obsérvalo pero no dejes que te influya. Siempre vuelve a poner el foco en los
dos dedos del medio.
Terminaremos la meditación dando las gracias al y
a los guías. Nos incorporamos muy lentamente, poco a poco.
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