Mucha gente conoce "El Principito", un libro maravilloso de Saint-Exupéry.Se trata de un libro extraño y fabuloso y tiene la doble función de ser un cuento para niños y una fábula que mueve a la reflexión a los adultos.
Algunos menos conocen otros escritos, novelas y cuentos del
autor. Saint-Expuéry era un piloto de guerra que luchó contra los nazis y murió
en acción.Antes de la Segunda Guerra Mundial, combatió en la Guerra Civil
española contra los fascistas. Escribió una historia fascinante sobre esta
experiencia titulada La sonrisa (Le sourire).
Me gustaría compartirla ahora con ustedes.
No se sabe a ciencia cierta si es autobiográfica o de
ficción. Personalmente, prefiero creer lo primero.Cuenta que fue
capturado por el enemigo y arrojado a una celda.
Por las miradas despectivas y el trato duro que recibía de
sus carceleros, estaba seguro de que sería ejecutado al día siguiente.
A partir de aquí, contaré la historia tal como la recuerdo
aunque con mis palabras.
"Estaba seguro de que me matarían. Me puse
terriblemente nervioso e inquieto.
"Revolví mis bolsillos para ver si algún
cigarrillo había escapado al registro.
"Encontré uno y me temblaban tanto las manos que
apenas pude llevármelo a los labios.
"Pero no tenía fósforos, se los habían quedado.
"Miré a mi carcelero a través de los barrotes. No
hizo contacto visual conmigo.
"Después de todo, nadie hace contacto visual con una
cosa, con un cadáver. "Le grité: ¿Tiene fuego, por
favor?. Me miró, se encogió de hombros y se acercó para "encenderme
el cigarrillo."Al acercarse y encender el fósforo, sus ojos
accidentalmente se cruzaron con los míos.
"En ese momento, sonreí. No sé por qué lo
hice. Tal vez fue por nerviosismo, tal vez fue "porque, cuando dos
personas se acercan mucho, cuesta no sonreír.
"Sea como fuere, sonreí. En ese instante,
fue como si una chispa hubiera saltado la brecha entre nuestros dos corazones,
nuestras dos almas humanas. "
"Sé que él no quería, pero mi sonrisa atravesó
los barrotes y generó otra sonrisa en sus labios.
"Me encendió el cigarrillo pero se quedó cerca,
mirándome directamente a los ojos y sin dejar de sonreír.""Seguí
sonriéndole, consciente de él ahora como persona y no ya sólo como
carcelero.
"Y su mirada pareció adquirir una nueva
dimensión. ¿Tienes hijos? preguntó.
"Si, aquí, aquí. Saqué mi billetera y
busqué tembloroso las fotos de mi familia.
"Él también sacó las fotos de sus hijos y empezó
a hablar sobre sus planes y esperanzas con "respecto a ellos.
"Se me llenaron los ojos de lágrimas. Dije
que temía no volver a ver a mi familia, no tener la "oportunidad de verlos
crecer. A él también se le llenaron los ojos de lágrimas."De pronto,
sin decir una palabra, abrió la celda y en silencio me llevó afuera.
"Salimos de la cárcel, y, despacio y por calles
laterales, salimos de la ciudad.
"Allí, a la orilla de la ciudad, me liberó.
Y sin decir una palabra, regresó a la ciudad".
"Una sonrisa me salvó la
vida".
Sí, la sonrisa, la conexión sincera, espontánea
y natural entre las personas.
Cuento esta historia en mi trabajo porque me gustaría
que la gente considerara que debajo de las capas que construimos para
protegernos: nuestra dignidad, nuestros títulos, nuestros diplomas,
nuestro estatus y la necesidad de que nos vean de determinadas maneras, debajo
de todo eso, está el yo auténtico y esencial.
No me da miedo llamarlo alma. Realmente, creo que si
esa parte tuya y esa parte mía pudieran reconocerse, no seríamos
enemigos.
No podríamos sentir odio, ni envidia, ni miedo.
Llego a la triste conclusión de que todas esas otras capas, que construimos con
tanto esmero a lo largo de nuestras vidas, nos distancian e impiden que
nos pongamos en real contacto con los demás.
La historia de Saint-Exupéry habla de ese momento
mágico en que dos almas se reconocen.
He tenido algunos momentos así. Al enamorarme por
ejemplo.
Al mirar a un bebé. ¿Por qué sonreímos cuando
vemos un bebé?
Tal vez sea porque vemos a alguien sin todas esas capas
defensivas, alguien cuya sonrisa nos resulta genuina y sin engaños.
Y el alma de niño que llevamos dentro sonríe anhelante
en reconocimiento.
Hanoch McCarty
Adjunto el libro para recordar a tan eximio autor y bella
alma .
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