Del mismo modo que comienza un nuevo día se inicia una nueva etapa en nuestra vida.De esa misma forma, con la llegada de la mañana, al despertar, nos abruman los sueños que hemos sufrido durante la noche ,durante ese tiempo que hemos estado dormidos, dando la espalda a la realidad. estos nos mantienen atados a la cama.
Pero cuando nuestros pies tocan el suelo, cuando miramos por la ventana y vemos el sol, aquello que nos perturba se convierte en un lejano recuerdo, en una sencilla anécdota en una situación conclusa de la que hemos aprendido; O bien, como un mal sueño, en algo que se perderá con el transcurso de la cotidianidad
Cuando nos abrimos al sol de la mañana, nos preguntamos como viviremos cada momento de este día y sobre lo que nos aguarda una vez abandonemos la seguridad del dormitorio.¿Tenemos motivos para salir y aventurarnos a nuestro presente? o sin embargo, ¿no hemos podido despertar de esa larga noche? o puede que el mundo nos parezca tan incierto y desconcertante que quizás sea mejor quedarse asomado a la ventana.
De igual modo, cuando tomamos un nuevo camino, no sabemos lo que nos espera a lo largo del recorrido, quien nos acompañará, a donde nos lleva.
Al final de todo, abrimos la puerta. Esa mañana , comenzamos a caminar.
Quizá sepamos lo que nos aguarda, puede que no estemos tan equivocados, pero también es posible que en ese nuevo día todo sea diferente.
Y seguiremos caminando, hasta que esa noche, mas clara o mas oscura, regrese y se lleve consigo nuestras consciencias para volver a caer en un profundo sueño, esperando a despertar, otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario