jueves, 1 de noviembre de 2012
L1 L2 L3
L1 = la primera vértebra lumbar L1 está afectada cuando vivo un sentimiento de impotencia frente a alguien o a algo que no me conviene y que tengo la sensación de no poder cambiar, que he de soportar.
Entonces, me vuelvo inerte, sin vida, gasto mucha energía con cosas frecuentemente menores pero las aumento tanto que toman entonces proporciones catastróficas, lo cual puede incluso hacer aparecer un sentimiento de desesperación. Puedo vivir inseguridad frente a aspectos de mi vida, pero no tiene realmente razón de ser.
Quiero controlarlo todo, pero esto no es humanamente posible.
Puedo también vivir conflictos interiores entre lo que quiero hacer y que no me permito.
Esto hace subir en mí frustración, agresividad e ira.
Estos sentimientos endurecen mi corazón si no me libero y amargan mi vida.
Una vértebra L1 en mal estado puede traer enfermedades relacionadas con las funciones de digestión (intestino y colón) o eliminación (estreñimiento, disentería, etc.).
Tomo consciencia del poder que tengo para cambiar el curso de mi vida, y sólo la mía! Vuelvo a establecer mis prioridades para canalizar bien mis energías.
L2 = El estado de la segunda vértebra lumbar L2 depende mucho de mi flexibilidad frente a mí – mismo y a los demás. La soledad y la amargura generalmente causadas por una timidez pronunciada son también factores importantes que pueden afectar L2.
Soy preso de mis emociones: al no saber como vivirlas y expresarlas, y al ser éstas a veces vivas y explosivas, pongo máscaras para protegerme y evitar que se pueda ver lo que sucede en mi interior.
Mi malestar puede hacerse tan grande que quiero “adormecer” mi mal con bebida, drogas, trabajo, etc. y L2 hará entonces una llamada de socorro.
Tengo tendencia a ver las cosas en negativo y a vivir en un estado depresivo que veo muy poco porque estoy en un papel de víctima que no me obliga a pasar a la acción o a cambiar cosas en mi vida. Igual como L1, un sentimiento de impotencia y también mucha tristeza afectarán L2.
Soy bastante amargo frente a la vida porque estaría supuestamente disfrutando de los placeres de la vida pero, frecuentemente, no me autorizo a ello a causa de mis obligaciones o por deber, para mostrar el buen ejemplo.
Debo aprender que no he de ser perfecto.
A veces puedo sentirme incapaz o impotente frente a una situación.
No he de culparme por ello o estar enfadado; solo he de ser auténtico conmigo mismo y los demás y expresar simplemente mis penas, mis alegrías, mis dudas, mis incomprensiones, mis frustraciones para estar más abierto frente a los demás y para que L2 recupere vida también.
Se debe recalcar que una vértebra L2 en malas condiciones puede conllevar enfermedades del abdomen, la apéndice o las piernas en donde podría ver aparecer varices.
L3 = la tercera vértebra lumbar L3 se ve sobre todo afectada cuando vivo situaciones familiares tensas o tormentosas. Me impido decir o hacer cosas para no herir y no molestar a los demás.
Pero al hacer esto, me hago daño a mí mismo. Juego el papel de “buen chico” o “buena chica” manifestando una gran flexibilidad.
Pero me vuelvo “bonachón” lo cual me causa frustración, sobre todo si debo poner mis deseos de lado.
Y quizás, también, me ponga de lado, particularmente a causa de mi gran sensibilidad, sin saber mucho como dichas emociones estarán recibidas.
Me vuelvo “paralizado”, incluso impotente, en mis emociones, en mi cuerpo, en mis pensamientos, lo cual impide que se manifieste mi creatividad y todo lo vinculado a ella, en particular la comunicación y la sexualidad que se quedan “rígidas” y “frígidas”.
Para superar el desánimo, debo tender los brazos hacía los demás y atreverme a expresar mis emociones para que mi pleno potencial creativo se despierte y se manifieste.
La mala condición de L3 puede conllevar dolencias en los órganos genitales, en el útero (en la mujer), en la vejiga o en las rodillas, tales como la artritis, la inflamación o dolores.
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