Desde
el momento de nuestro nacimiento, todos tenemos uno o varios guías espirituales
asignados a nosotros para asistirnos en nuestra evolución personal y
espiritual. Normalmente el número de guías, a medida que pasan los años y nos
vamos adentrando en las vicisitudes de la vida puede crecer algunos trabajando
con nosotros de forma temporal durante algún periodo concreto o yendo y
viniendo, por decirlo así, cuando nos hace falta su “inspiración”. Normalmente
todos solemos conectar con uno o dos guías principales, pero eso no quiere
decir que el resto del “equipo” no esté ahí.
Descubriendo el impulso de tu
guía
Como
decía, la mayoría de nosotros, como adultos, ya tenemos formado un
grupo de guías, y muchos probablemente os comuniquéis ya con vuestro
guía “principal”. Pero para aprender de forma inequívoca cuando
nuestros guías quieren que les prestéis especial atención, podemos
aprender a discernir el “impulso” que nos envían cuando quieren conectar o
enviarnos un mensaje.
Básicamente es
como el timbre de la puerta, cuando suena es que viene alguien de visita. El
concepto es el mismo. Nuestros guías usarán normalmente una forma
concreta de hacernos saber que están ahí y que se quieren
comunicar, puede ser una sensación especial, un cosquilleo,
un escalofrió, una presión en alguna parte del cuerpo, etc. Descubrirla es
ser conscientes de que nos quieren decir algo o avisar de alguna forma, y
gracias a ello podremos estar más atentos a cualquier señal o mensaje, o
sincronicidad, que nos llegue.
Los guías espirituales, como su propio nombre indica y según la creencia común, proporcionan ayuda a todas las personas que, de una forma u otra, se encuentran en el camino espiritual .
Debemos tener claro
que los guías espirituales están ahí precisamente para lo que su propio nombre
indica, guiarnos, ayudarnos espiritualmente. Nuestro guía será quien mejor
pueda ayudarnos en nuestra propia evolución, bien porque su propia experiencia
y evolución se asemejen a la nuestra, bien para apoyarnos y animarnos a tomar
una dirección, un camino que busquemos en nuestra vida y no nos atrevamos a
tomar.Esto se explica claramente en el caso de los maestros espirituales,
poniendo como ejemplo una escuela.
Según crecemos, vamos
cambiando de cursos y son distintos maestros los que nos van enseñando. Los
maestros espirituales irán llegando según sea nuestra evolución y nuestro
compromiso con nuestro trabajo. Los maestros nos guiarán en cualquiera de las
artes o ciencias, en todo aquello que podamos nosotros aportar.
Trata
de hacer esto en la medida de lo posible, de acuerdo a lo que cada situación lo
permita. Si logras establecerlo como un pequeño ritual para antes de entrar en
contacto con tus Guías Reiki también funciona:
1. Deja de hacer todo lo que estés haciendo
2. Toma unas respiraciones profundas
3. Di una oración
4. Invoca el símbolo de sanación a distancia (si no lo conoces, puedes saltarte este paso y también funcionará, lo importante es la intención)
5. Pide a la energía Reiki que te ayude a conectar con tus Guías Reiki
6. Cuando sientas que la energía ya está fluyendo, si quieres puedes hacer una pregunta específica
7. Finalmente, quédate quieto/a y presta atención a lo que escuches.
Y recuerda… ¡abre el corazón!
1. Deja de hacer todo lo que estés haciendo
2. Toma unas respiraciones profundas
3. Di una oración
4. Invoca el símbolo de sanación a distancia (si no lo conoces, puedes saltarte este paso y también funcionará, lo importante es la intención)
5. Pide a la energía Reiki que te ayude a conectar con tus Guías Reiki
6. Cuando sientas que la energía ya está fluyendo, si quieres puedes hacer una pregunta específica
7. Finalmente, quédate quieto/a y presta atención a lo que escuches.
Y recuerda… ¡abre el corazón!
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