lunes, 19 de marzo de 2012

Resuelve conflictos en 10 pasos


1. Mantente fresco cuando otros estén furiosos
y pierdan la cabeza. Tú tienes el control sobre
tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no
demostrar tu molestia, sino de hacerlo
mesuradamente, sin después arrepentirte de una
acción cometida en un momento de descontrol.

2. Recuerda que cada discusión tiene al menos
tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los
de terceros, los cuales probablemente están más
cerca de la objetividad. Siendo más versátil y
viendo las cosas desde la perpectiva de los demás
enriquecerás tu propio punto de vista.

3. Espera a calmarte antes de hablar. Ten en cuenta
que la relación es más importante que la discusión.
Dále más relevancia a las personas que a las
opinones.

4. Trata a toda persona con la cual tengas
contacto como si fuera un pariente rico, de quien
esperas ser incluído en su testamento. Nunca te
arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el
mejor negocio en todos los sentidos.

5. Busca el lado positivo y agradable, aun de las
situaciones más complicadas y dolorosas. Es una
disciplina que te ayudadará a pasar más fácilmente
los momentos difíciles, y a convertir los problemas
en oportunidades.

6. Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre
todo, de escuchar las respuestas. Pregunta antes
de reaccionar. Algunas veces disparamos y después
preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos
para contestar, y no para tratar de entender.

7. No hagas o digas nada que pueda herir o
hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio
que dice que todo lo que uno haga, se devolverá.
La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces,
sino la intención con la que lo haces.

8. Sé consciente de la diferencia entre análisis
amigable y crítica destructiva. Observa si el
propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte
o hacer daño.

9. Ten presente que si toleras a los demás, ellos
también serán pacientes contigo en los aspectos no
muy gratos de tu personalidad.

10. El verdadero líder sabe reconocer sus errores
y aceptar responsabilidad. No olvides que un
conflicto bien manejado fortalece la relación,
y te ayuda a aprender de las diferencias.

Escrito por Mente Cuerpo Y Emociones

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